Puede que te identifiques o no conmigo. Sin embargo, tal vez parte de mi testimonio te haga reflexionar...
Me crié rezando, en escuelas cristianas y con familia creyente. Crecí conociendo la Biblia, la historia de Jesús y agradeciendo a Dios. Me mantenía firme, aunque venían las tormentas y a veces mi fe decaía. Llegué a estar en una iglesia de manera constante, donde me congregaba con mis padres. Sin embargo, una situación quebró a mi familia y mi fe. Los miembros de la iglesia, a quienes algunos ya consideraba familia, nos dejaron. No actuaron como pensábamos.
Hoy, como 4 años después, puedo decir que mi fe está renovada. Me doy cuenta que somos humanos, cometemos errores y es mejor no tener expectativas. Aún me duele hablar del tema, pero mi fe y creencia en Dios es superior a lo que sucedió. Me siento renovada y firme. Dios ha sido mi mayor apoyo en mis momentos más difíciles, lo he visto obrar en mi vida y en la de mis seres queridos. He visto como mi familia ha ido sanando. También como activar mi fe en momentos de ansiedad o dificultades ha traído calma a mi vida. Y como cuando creía no ver una salida Dios la proveía. Por eso me considero una niña de fe. Y digo niña porque así lo era desde la infancia, mi fe era fuerte y oraba bastante. Algo que como adultos debemos continuar practicando.
Sin embargo, tengo mis reservas con algunas citas de la Biblia y requisitos de varias iglesias. Pero, esto lo pongo a parte a mi fe. Para mi lo esencial es creer en Dios, no juzgar, hacer el bien y cada día intentar ser mejores personas.
No se si tu creencia sea la mía, sino lo es te invito a respetarla y escuchar un poco de mi experiencia y la de otros similares. Tal vez a través de testimonios puedas creer o volver a creer. Te aseguro que la paz que siento al confiar en Dios es inigualable.
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