Desde niña recuerdo que mi madre me apoyaba en lo que yo deseara (aunque a veces no le decía con tiempo 😂). Un día llegué a casa diciendo que iba para una oratoria, mami preocupada y yo como si nada. Estuve entre 3 profesiones (actriz, comunicadora y psicóloga) y ella me apoyaba. Me enseñó el valor de la educación, me reforzaba comprando libros, libretas y bolígrafos. Me recordaba la importancia de ser yo misma, el respeto y valor mío y de los demás. Gracias a ella he llegado hasta aquí.      Hoy que una mujer juramento como vicepresidenta de los Estados Unidos me emociona saber que cada día vamos cosechando nuestros logros como mujeres. Me recuerda la importancia de no rendirnos. También a trabajar por los demás y hacer el bien aunque no todo el tiempo nos llevemos los méritos. Pueden pensar que ya había pasado mucho tiempo para que una mujer tomara un cargo tan importante. Sin embargo, desde hace años mujeres han trazado caminos hacia el liderazgo en distintos ámbitos. Paso

No es tiempo de vanidades sino de reflexión. Para mi lo que estamos viviendo nos enseña varias cosas. La primera es poder estar bien con uno mismo, a sentirnos tranquilos en soledad y en nuestro hogar. Somos seres sociales, pero para dar lo mejor tenemos que cada día sacar lo mejor de nosotros. Aprender a manejar nuestros pensamientos y emociones es esencial porque eso nunca nos soltará. Soy única hija y me crié entre adultos, así que desde niña he aprendido a contentarme con la soledad y conmigo misma. Aún así cuando comenzó la pandemia tuve momentos difíciles porque al menos estaba acostumbrada a salir una vez por semana. También la incertidumbre de esta nueva enfermedad me causaba miedo. Sin embargo, con apoyo y mecanismos para manejar los pensamientos pude seguir adelante. Los nuevos comienzos no son fáciles, pero son necesarios. Luego nos damos cuenta que aprendemos y crecemos con ellos.  Otra enseñanza es que lo material no debe ser prioridad. Estamos acostumbrados a