La noche del 28 de febrero de 2010 fue una emocionante para 3 jóvenes, pero prometía ser la que cambiaría sus vidas y las de unas cuantas personas a través de los años. -¡Vamos a robar el rubí de la vecina! Exclamó Marcela, mientras los 3 chicos lo pensaban. Marcela, Carlos y Marisol estaban aburridos y querían hacer algo emocionante. Había un rumor de que la vecina, una señora de 52 años que hacía solo 3 meses se había mudado al vecindario, tenía un rubí. Pues el carpintero del pueblo dijo haberlo visto cuando le ayudó con la mudanza. Además, él dijo que cuando ella vio que él observaba la brillante joya ella le dijo que estaba maldito. Lo había traído de un viaje de Egipto y por eso lo guardaba en una caja, nunca lo había tocado. Lo compró porque le llamó mucho la atención y tal vez un día le podía sacar provecho. -¡Dale! Exclamó Carlos. -Bueno, no podemos ir todos, creo que es mejor que vaya uno de nosotros. ¿Qué tal si le doy vuelta a la botella y el que elija