15 años y sin salir de su burbuja. Sentía que se ahogaba, pero cada día continuaba su rutina. Así pasó su vida hasta los 18. Rompió la burbuja, a pesar que a sus padres no les gustó. Ser varón y caribeño y no disfrutar de las bellezas de esta isla era una injusticia, pensaba Pedro. 22 años y Luz no podía dar un paso fuera de su casa sin que su madre le cuestionara. De la universidad a la casa y viceversa. Algunos días compartía con sus amigos, pero en su misma casa. Ella aspiraba a tanto, pero la burbuja le cerró las puertas. Sus padres alegaban tenerlos seguros en sus casa porque la criminalidad estaba rampante. Confundían a las personas con criminales, abusaban de mujeres y el narcotráfico por doquier. Además eran padres muy estrictos, a pesar de que no los criaron así. 6 años después los 2 eran profesionales. Los 2 manipulaban la burbuja como podían. Cicatrices por doquier, pero la sonrisa siempre en sus rostros. Hasta que un choque los unió. Cuando Luz abrió los ojos Pedro es