Dicen que para brillar hay que estar en la oscuridad, como las estrellas. Marcela tuvo que ser una estrella. Tras largas noches sin dormir e infinidad de espirales, Marcela se sumergió en la oscuridad. La visitó su temor más grande y se hizo eco de las voces de su interior. La frustración y confusión le invadieron. Dejando poco lugar a la luz que aún quedaba en ella. Un lago la rodeaba mientras las cortinas se cerraban. Gritaba en silencio, susurraba a sus adentros que la salvaran. Con miedo intentaba no caer pero ya estaba sumergida. Sólo le restaba batallar contra la oscuridad, tener la disposición de vencer. Ella busca fuerzas por algún lado pero casi no las hallaba. Ella ya había estado allí, tal vez un par de veces o tal vez en su peor pesadilla. Era un lugar oscuro y desolado. Le llaman la Tierra de los Olvidados, donde se pelean las más duras batallas y las cuales, si sales victorioso, crean a los más fuertes guerreros. Para salir necesitas una llave, la cual se compone de l