Los que me conocen saben que soy una cat lover. Desde niña me han atraído los gatos o yo les arraigo a ellos. Literalmente no hay sitio en donde llegue que no encuentre un gato. Tal vez soy la reina de los gatos y no lo sé (jajaja). Me gusta su independencia, pelaje y ojos cautivadores. Creo que me identifico con ellos en su independencia y en que siempre llega un momento que necesitan su espacio, nadie que los moleste y dormir bastante. Además de que puedo ser una ternurita pero sólo cuando quiero o estoy de humor (cosas de felinos). En fin, los gatos y yo nos acoplamos bastante bien.
He tenido varios gatos, de distintos colores y personalidades pero ninguno como Oz. Oz llegó a nuestra vida hace casi un año. Su madre, a quien le dábamos comida junto con su padre y hermanos, pero no se dejaban tocar, parió cerca de casa y una mañana sentí el llanto de unos gatitos bebés. Cuando miré en la terraza encontré 2 gatitos, uno negro y uno gris, pero escuchaba más gatos aunque no los veía. Ese día tenía clase y tuve que salir luego de que los encontré. Más tarde me llega un mensaje de mi madre. Ella muy emocionada dice que encontró 2 gatitos más y que uno era siamés. Ella se dispuso a ponerlos con sus otros 2 hermanos. La madre de los felinos los amamantaba pero no era muy cariñosa con ellos, al punto de que luego de un tiempo los dejo solos. Nosotras nos encargamos de ellos, le dábamos comida, agua y limpiabamos el sitio. Ninguno se dejaba coger, excepto Oz. Poco a poco fuimos creando un vínculo con el. Hasta que él se le empezó a pegar a mami, por las mañanas cuando les iba a dar comida, como en forma de agradecimiento. Sus hermanos con el tiempo fueron saliendo de la terraza mientras él se quedaba durmiendo. Cuando comenzó a salir un día desapareció de la nada, sus hermanos regresaron y el no. Al pasar los días nos rendimos, lo dimos por perdido hasta que una madrugada mami se asomó a la terraza y lo encontró como si nada junto a su hermano Li. Desde ese momento nos dimos cuenta lo mucho que lo amamos. Sufrimos cada vez que se quiere ir a la calle y lo añoñamos como si fuera nuestro bebé, en fin es el consentido de la casa.
No habíamos conocido gato tan cariñoso como él. Ama que le pasemos la mano en la barriga y en el cuello. Disfruta de paseos junto a su hermano Li y de siestas profundas de las que nadie lo puede despertar. Cada día nos conquista más con sus ojos azules y dulce ronroneo. Con él he aprendido lo complicado que es tener una mascota, pero cuando amas de verdad haces lo que sea para que esté bien. Tengo mil historias para contar sobre Oz, pero hoy en la conmemoración de su nacimiento sólo quiero decir que nos robó el corazón.
He tenido varios gatos, de distintos colores y personalidades pero ninguno como Oz. Oz llegó a nuestra vida hace casi un año. Su madre, a quien le dábamos comida junto con su padre y hermanos, pero no se dejaban tocar, parió cerca de casa y una mañana sentí el llanto de unos gatitos bebés. Cuando miré en la terraza encontré 2 gatitos, uno negro y uno gris, pero escuchaba más gatos aunque no los veía. Ese día tenía clase y tuve que salir luego de que los encontré. Más tarde me llega un mensaje de mi madre. Ella muy emocionada dice que encontró 2 gatitos más y que uno era siamés. Ella se dispuso a ponerlos con sus otros 2 hermanos. La madre de los felinos los amamantaba pero no era muy cariñosa con ellos, al punto de que luego de un tiempo los dejo solos. Nosotras nos encargamos de ellos, le dábamos comida, agua y limpiabamos el sitio. Ninguno se dejaba coger, excepto Oz. Poco a poco fuimos creando un vínculo con el. Hasta que él se le empezó a pegar a mami, por las mañanas cuando les iba a dar comida, como en forma de agradecimiento. Sus hermanos con el tiempo fueron saliendo de la terraza mientras él se quedaba durmiendo. Cuando comenzó a salir un día desapareció de la nada, sus hermanos regresaron y el no. Al pasar los días nos rendimos, lo dimos por perdido hasta que una madrugada mami se asomó a la terraza y lo encontró como si nada junto a su hermano Li. Desde ese momento nos dimos cuenta lo mucho que lo amamos. Sufrimos cada vez que se quiere ir a la calle y lo añoñamos como si fuera nuestro bebé, en fin es el consentido de la casa.
No habíamos conocido gato tan cariñoso como él. Ama que le pasemos la mano en la barriga y en el cuello. Disfruta de paseos junto a su hermano Li y de siestas profundas de las que nadie lo puede despertar. Cada día nos conquista más con sus ojos azules y dulce ronroneo. Con él he aprendido lo complicado que es tener una mascota, pero cuando amas de verdad haces lo que sea para que esté bien. Tengo mil historias para contar sobre Oz, pero hoy en la conmemoración de su nacimiento sólo quiero decir que nos robó el corazón.
Dicen que los gatos escogen a sus dueños y me consts que es así. Tenía hasta hace poco 7 gatos,luego de María una de mis gatas decidió que el caos en que se encontraba mi casa no era de su agrado y buscó refugio en casa de una de mis vecinas;la cual vive sola,ahora esta siempre acompañada de mi Loty ¡ La cual segun ella le ha robado su corazón
ResponderBorrarAsí como llego to Oz a tu vida,han llegado a la mía 3 de mis gatos.
Yo he aprendido a amarlos,concentirlos y como tu añorarlos y preocuparme cuando se van por el vecindario a explorar y no regresan a la hora de siempre.
Así es, Dora. Ellos son muy especiales.
Borrar¡¡Hermosa historia!! Que bueno que Oz las “adoptó” a ustedes y ahora es parte de una familia feliz! Tengo 4 gatos y cada uno de ellos decidió ser parte de nuestra familia de formas diferentes, no hay nada mejor que un gato que llegó a ti. ❤️ Feliz Cumpleaños Oz!!
ResponderBorrar¡Gracias, Naomi!
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