Han sido días de emociones divididas. El cansancio me invade y me duele el cuerpo. Hoy en particular es uno de esos días en los que soy malagradecida y es que no puedo ser conformista pues quiero más, sé que merezco más. Quiero paz, quiero atención y quiero hacer lo que me dé la gana. No se si tengo la salud suficiente o si solo está en mi mente. Sí sé que hay días en los que uno merece apartarse de todo y sólo dedicarse a uno, a sus gustos y placeres. Pero hoy no ha sido mi suerte, poder tener ese día.
Vivimos en un mundo donde tenemos que pasar por una rutina y exigencias que están impuestas por la sociedad y si no lo hacemos “fracasamos”. Yo estoy cansada de eso. Estoy cansada de la mentira, del conformismo y de las quejas. Quisiera correr por la playa descalza mientras el viento me roza. Quisiera ver a los niños jugar y ser felices. Quisiera que el amor se sentara a mi lado y que nunca se apartara. Mientras veo reír a quienes amo y el sol se pone de mi lado. Dejar atrás las quejas y dándole una patada a la rutina para romper con los estigmas. Contar estrellas mientras alcanzo mi meta. Pues la maleta está llena de esperanza. La cual quiero repartir a quien no le alcanza. Días van y vienen, pero hoy es el día de la malagradecida, aquella que se cansó de la rutina pero quiere ser bendecida. Cree en lo que no ve y su fe la sostiene. Lejos de la perfección, más tiene poderes. La malagradecida quiere que se libere la justicia, pues quiere ganar esa partida. Cansada del engaño y falacias sin sentido, pues quien no ha sentido no ha vivido. En días como estos, en días como aquellos en los que con cualquier cosa se alcanza la felicidad.
-La Malagradecida, pues siempre quiere más.
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