Lo que está sucediendo es cuestión de cómo manejamos las emociones, de cómo expresamos lo que sentimos. Hay distintas maneras por las cuales se genera la violencia. Algunas de ellas son la observación, la crianza y patologías. Si observamos cualquier conducta y hay algo que la refuerza o motiva es probable que la conducta se repita. La crianza es fundamental, ya que como los padres nos criaron y lo que sucede en nuestros primeros años marcan nuestra forma de ser. Ejemplo de violencia por observación y la niñez se puede ver en el experimento realizado en la década del 1960 por Bandura, quien concluyó que a través del aprendizaje por observación se puede replicar la conducta (al final está el enlace para el video sobre el experimento). Por último, las patologías o trastornos mentales que no son diagnosticados ni tratados adecuadamente pueden generar conducta violenta. En Puerto Rico 4 de cada 10 personas no reciben la ayuda psicológica necesaria (datos del Nuevo Día, 2017). Muchas veces son procesos químicos que ocurren en el cerebro pero que se pueden controlar. Por eso es importante que no se vea como manera negativa ir al psicólogo o al psiquiatra, sino que esto sea símbolo de bienestar.
En consecuencia han muerto y son agredidos diariamente mujeres, hombres y animales. Vemos como la criminalidad ha aumentado, las violaciones y el abuso de todo tipo. Por eso es importante educar y más aún enseñar a manejar las emociones de manera efectiva. Ya que la violencia es el resultado de esto. Vivimos en un mundo donde no sabemos si el que está al lado nuestro va a explotar de momento. Donde las personas no se detienen ayudar como antes porque no saben si los van a agredir. Donde si se nos cuelan en una fila es preferible dejarlos porque no sabemos cómo van a reaccionar si le decimos. Donde las mujeres tenemos que andar en manada para sentirnos protegidas. Donde los hombres no denuncian los actos de violencia en contra de ellos por temor a que se burlen porque son el sexo fuerte. Donde los animales viven con miedo porque alguien les ha hecho daño.
En fin, vivimos en cuenta regresiva, con miedo de que en cualquier momento alguien explote y nos lleve enredados. ¿Dime que no te has sentido así? Es cuestión de tomar acción. De educar y no solo exigir al gobierno, sino hacer nosotros como pueblo. Unirnos para dar estrategias, así sea por las redes sociales que tanto auge tienen o llevar conferencias desde los residenciales hasta las universidades. Yo soy fiel creyente de que no hay imposibles y si nos unimos podemos lograr lo que como pueblo necesitamos, paz. Y desactivar de una vez y por todas la bomba que nos hace vivir en contra del reloj.
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