¿Te gusta el mar? Pues te invito a esta reflexión.
Te invito a bordo de este barco, bueno, ya hace mucho que estás en él, pero tal vez no te habías dado cuenta de que eres el jefe, el capitán. Así que bienvenido, capitán.
Aunque el barco pase por tormentas, la marea esté alta o disminuyan las provisiones, tu eres el capitán. Tus decisiones van a afectar el viaje. Así que mantén una buena actitud, busca lo necesario para emprender y continua tu travesía. Hasta que llegues a tu puerto seguro o a tu destino. Recuerda que también la vida en el mar es sabrosa y puedes disfrutar de unos días en calma navegando o en el medio del mar. No pasa nada si sólo descansas, siempre y cuando regreses con más fuerzas y listo para continuar.
Que tu brújula y timón estén sincronizados con tu corazón, no con el de los demás. Olvida las críticas. Aunque te digan o pregunten: te ves más flaca/o o gordo/a.
¿Terminaste los estudios?
¿Tienes novio/a? No les hagas caso.
Porque la realidad es que nadie pregunta lo que realmente debe importar y es esencial. Si tienes las provisiones necesarias para tu travesía, si eres feliz. Y esta debe provenir de tu interior, no de lo material, no de un ser humano, más que de ti mismo.
Que disfrutes de tus pasatiempos, que hagas lo que te da alegría y paz. Lo próximo importante es cultivar tu salud física y mental. Sin eso el capitán no puede estar al 100 para manejar el barco. Así que siempre tienes que reflexionar y estar pendiente de ti mismo. Porque sólo tú conoces tus procesos, Tu vida y tus decisiones. Eres el dueño de tu destino, el capitán del barco. Por eso no le des importancia a lo que digan, porque si el barco va para donde quieres y tienes lo necesario contigo para hacer el viaje, sólo continúa y logra tu propósito. Pelea sólo las batallas que sean necesarias y siempre se valiente para enfrentar los obstáculos. Persistente para continuar la travesía y apasionado con tu labor como marinero y jefe de tu barco o mejor dicho, vida.
Comentarios
Publicar un comentario