Los niños se quedan en casa, pero por hoy…
Así me dijeron al entrar en una famosa farmacia cuando me confundieron con una niña y es que mi estatura no ayuda, pero estoy conforme con ella. Sin mi estatura no sería yo. La verdad es que a veces soy niña, para entrar a la farmacia debi ser como cuando era niña. En estos días para mi es un reto salir y más hacer compras, ya que esto me genera estrés y me puede llevar a la ansiedad. Sin embargo, día tras día he aprendido a comenzar a manejar este cambio. Me hablo a mi misma, diciendo que lo puedo lograr, que estaré bien y tomo las debidas precauciones cuando salgo. Y es que esta pandemia a todos nos cambió, de alguna forma u otra. Es un impacto en nuestra vida.
Cuando era niña no pensaba mucho, no me preocupaba por las cosas que no podía controlar y siempre tenía una ocurrencia. A veces hay que llamar a nuestro niño interior, ese que se ríe de todo, que disfruta cada momento, pero también es obediente a la voz de los padres o cuidadores. Creo que asi deberíamos ser en estos días. Si hubiera pensado en esto antes, tal vez me hubiera podido ayudar a manejar mejor la ansiedad las otras veces que salí.
Por eso es importante conocernos, saber qué nos hace bien, que nos afecta. Conocer nuestro cuerpo. Por ejemplo, tengo hipoglucemia y esto me afecta también. Así que para salir debo comer bien y estar hidratada, es algo que tengo que considerar. No se si ustedes tienen alguna condición médica o alguna situación que deben considerar más en estos días. Lo que sí sé es que tomar en cuenta todo lo que nos influencia es fundamental para estar bien.
Así que con mi anécdota de cuerpo o cara de niña (no se que pensó el empleado, asumo que mi estatura) les dejo esta reflexión. Porque cada día podemos reír de nuestras anécdotas, aprender algo nuevo y siempre estar agradecidos por lo que tenemos.
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