En un mundo paralelo existe una reina capaz de crear hermosos cuadros de arte. Un día cuando tenía 13 años, alguien hizo un comentario de que sus dibujos no eran buenos. Sin embargo, a todos en el pueblo les gustaban sus dibujos. Eran alegres y llenos de vida. Pero desde ese comentario ella perdió la alegría al dibujar. La niña se convirtió en una majestuosa reina, pero dudaba que sus cuadros fueran buenos. Sentía que no era fácil, que los cuadros eran muy parecidos y que no tenían gracia. A veces sentía que era torpe, que no tenía el control de lo que hacía y se cansaba de intentar. A pesar de que desde niña cada día, aunque fuera un poco, cumplía con su propósito. Una tarde escuchó a una madre hablando con su hija. Le decía que la reina tenía un gran propósito, pero había dejado de luchar. Esas palabras la marcaron, ella quería ser ejemplo para esa niña, alguien digna de inspiración. Se paró frente a un espejo y varias veces se dijo así misma que era capaz de lograrlo. Así que desde ese momento hizo todo lo posible para hacer realidad aquel anhelo. Hasta que con mucho esfuerzo, dedicación y perseverancia lo logró. Volvió a realizar cuadros llenos de colores y alegría.
***
No estamos en este mundo para comer, trabajar, dormir y de vez en cuando hacer algo que nos dé alegría. No. Somos mucho más. Más que nuestros errores, que el pasado o que quienes nos rodean. Tienes un propósito. Sí, sé que lo has escuchado un millón de veces, pero es la realidad.
Estoy segura que hay algo que te apasiona, que al hablar de eso se te ilumina la mirada. Debes de tener un sueño. Tal vez el sueño es desde la niñez y sientes que te ha pasado el tiempo. El tiempo pasa, pero no hay una edad límite para cumplir sueños. Así que hoy, mañana o pasado puedes empezar hacer tu sueño realidad (recomiendo que sea pronto). Porque aunque hay veces que todo parece negro o gris, el arcoíris se cuela por alguna nube y si no estás atenta no lo ves.
De seguro has tenido días, semanas o meses que no te sientes especial, que sientes que no puedes más. Pero estoy segura que has podido y más de lo que imaginabas. Como le sucedió a la reina y así es, si cambiamos la mentalidad podemos con las cargas. Podemos convertir los sueños en realidad y ese propósito que tal vez has pospuesto.
Porque eres la elegida, la elegida para un gran sueño que está en tu corazón desde que naciste. Eso que te hace crear, soñar, que te apasiona. Desde niña escribía, motivaba a los demás y me encantaba crear; tenía (y tengo) una gran imaginación. Y ahí está mi propósito. Tal vez uno puede pensar que se ha desviado porque no hace exactamente lo que cree que es correcto, pero te digo que no hay una exactitud que te lleva a tu propósito porque todo se conecta. Yo decidí estudiar psicología y en cierta manera mi profesión me lleva a mi propósito, puedo guiar y motivar, crear planes de tratamiento y terapias. Y escribo, escribo mucho. Así que también implica parte de lo que es mi propósito. Puede que para ti tu propósito no se exprese bastante en tu profesión, pero tal vez en un pasatiempo o en algo que te gusta, pero dejaste de hacer o haces poco.
Déjame decirte que a veces tenemos que tomar decisiones arriesgadas. Son difíciles porque a veces ves los resultados a largo plazo y uno espera algo instantáneo. Pero hay que arriesgarse y hacer lo que de verdad nos apasiona. Porque más vale arriesgarse y ganar o aprender; que pensar qué hubiera sucedido si nos hubiéramos arriesgado.
Confía en el tiempo, en tus capacidades y que eres la elegida para lograr un gran sueño. Una meta que te da esperanza, felicidad y fuerza. Y el camino puede ser difícil, pero te aseguro que si te mantienes firme vencerás y verás cuán valiente y dichosa puedes ser.
Comentarios
Publicar un comentario