15 años y sin salir de su burbuja. Sentía que se ahogaba, pero cada día continuaba su rutina. Así pasó su vida hasta los 18. Rompió la burbuja, a pesar que a sus padres no les gustó. Ser varón y caribeño y no disfrutar de las bellezas de esta isla era una injusticia, pensaba Pedro.
22 años y Luz no podía dar un paso fuera de su casa sin que su madre le cuestionara. De la universidad a la casa y viceversa. Algunos días compartía con sus amigos, pero en su misma casa. Ella aspiraba a tanto, pero la burbuja le cerró las puertas.
Sus padres alegaban tenerlos seguros en sus casa porque la criminalidad estaba rampante. Confundían a las personas con criminales, abusaban de mujeres y el narcotráfico por doquier. Además eran padres muy estrictos, a pesar de que no los criaron así.
6 años después los 2 eran profesionales. Los 2 manipulaban la burbuja como podían. Cicatrices por doquier, pero la sonrisa siempre en sus rostros. Hasta que un choque los unió.
Cuando Luz abrió los ojos Pedro estaba a su lado.
-¿Qué pasó? Preguntó ella asustada.
-Un irresponsable se comió la luz y por eso estás aquí. Pero no te asustes, estás bien.
-Ay, el carro, cuando se enteren en casa. Dijo ella asustada.
-Tranquila, lo importante es que tienes vida. Yo soy enfermero y voy a estar pendiente de ti. Me tengo que ir, pero me dejas saber lo que necesites. Presiona ese botón. Se despidió con una linda sonrisa.
1 día después dieron de alta a Luz, Pedro no pudo despedirse de ella.
2 días después Luz recibió una llamada.
-Hola, soy Pedro. Es que dejaste unas cosas en el hospital y me gustaría entregarlas.
Luz se quedó pensativa, pero le contestó.
-Nos vemos a las 6 p.m. en la playa Buyé.
El aceptó. Algo los emocionaba.
A las 6 p.m. se encontraron y pasaron las horas hablando. Tanto que a Luz se le olvidó que se había llevado el carro de su hermana sin permiso.
Cuando caía el atardecer, todo se puso amarillo y rosado. Eres el más hermoso atardecer que los 2 habían visto. Se miraron y terminaron juntando sus labios.
2 semanas después no se volvieron a ver, aunque cada vez que podían hablaban por teléfono. Hasta que Luz enfermó. No aguantaba un dolor en su vientre y la tuvieron que llevar al hospital.
-¿Cómo te sientes? Dijo Pedro preocupado.
-No tengo nada, solo quería verte. Sonrió ella pícaramente.
En ese instante el padre de Luz entró a la habitación y los descubrió besándose.
-¿Qué pasa aquí? Lo voy a reportar, es un atrevido. Dijo el señor con mucho coraje.
-No, padre. Él es el hombre que amo.
•••
1 año después los 2 construyeron su propia burbuja, donde eran libres de amarse y disfrutar de sus pasiones.
CONTINUARÁ...
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